streets are full of vices · libre
streets are full of vices · libre
No se podía decir que fuera el bullicio lo que provocaba esa sensación de malestar extraída del ambiente concurrido por esas calles tan descuidadas, sino más bien la triste imagen que dejaban las personas que, aunque pocas, pasaban todas en un estado de embriaguez absoluto o con un aura de oscuridad que hubiera marchitado la más bella rosa. Las luces de neón, o al menos multitud de ellas, palpitaban en un intento de mantenerse encendidas y eran esas luces las únicas que salvaban a la calle de una oscuridad plena. Siempre sus pasos eran intranquilos por esa calle, el pasado azotaba y su mente amenazaba con dejarse tentar, mientras que el miedo de que algún extraño se acercara demasiado, que no resultaría ser la primera vez, se agarraba a ella como un parásito que se alimentaba de su seguridad y razón, consumiéndola en la debilidad. Y por razones ligadas a este tipo de sufrimientos inecesarios solía hacer todo lo posible para que su vuelta a casa ocurriera bajo la atenta mirada del sol, cuando esos caminos parecían un paseo por las ruinas de comercios caídos en la quiebra. No obstante, ese día había salido de uno de sus trabajos temporales y, tras ello, había salido en la búsqueda de otro trabajo como muchas veces hacía para asegurar la comida del próximo mes. La búsqueda, por tanto, se había alargado demasiado y tan distraída estaba que cuando quiso marcharse a casa ya se había saltado el mismísimo atardecer. Y ahora pagaba las consecuencias.
Los pasos, por supuesto, eran rápidos, casi fugaces. A cada borracho que caminaba arrastrando todo su cuerpo por las paredes, ella decidía mantener la distancia en la acera contraria. Sus reglas para evitar todos los potenciales sustos eran muy estrictas, entre ellas, principalmente encontrábamos la no tentación a tomar el mismo camino que esas personas. Sin embargo, allí estaba ella, deteniendo el ritmo de sus pasos hasta que se detuvieron al lado de un bar de copas donde una mujer levantaba su brazo periódicamente para llevar la copa hasta sus labios en un letrero de neón rosa que durante muchos días había llamado su atención, pero por el que nunca se había detenido a observar. Sin embargo, esa noche, guiada por el estrés y el evidente cansancio nacidos en base a su nuevo puesto de trabajo y el miedo que estaba cansada de vivir, tomó el pomo de la puerta de ese local y con delicadeza, y no sin ponerse la capucha de su abrigo para cubrir sus facciones, entró en ese ambiente de drogas y consumición.
Sin posar los ojos sobre nada ni nadie tras bien localizada la barra, allí se dirigió. Sus palabras fueron breves, no buscaba compañía, solo la cura de todos esos sentimientos que le atormentaban desde, no solo ese día, sino mucho tiempo remontado atrás— Una copa, por favor. De Vodka. —pidió con tono neutral. No se atrevía a mirar más allá de lo que los bordes de su capucha le permitían, quería mantenerse ajena de todo ese lugar, quizás por miedo o quizás por el recuerdo, realmente no lo sabía, pero tampoco quería averiguarlo.
Los pasos, por supuesto, eran rápidos, casi fugaces. A cada borracho que caminaba arrastrando todo su cuerpo por las paredes, ella decidía mantener la distancia en la acera contraria. Sus reglas para evitar todos los potenciales sustos eran muy estrictas, entre ellas, principalmente encontrábamos la no tentación a tomar el mismo camino que esas personas. Sin embargo, allí estaba ella, deteniendo el ritmo de sus pasos hasta que se detuvieron al lado de un bar de copas donde una mujer levantaba su brazo periódicamente para llevar la copa hasta sus labios en un letrero de neón rosa que durante muchos días había llamado su atención, pero por el que nunca se había detenido a observar. Sin embargo, esa noche, guiada por el estrés y el evidente cansancio nacidos en base a su nuevo puesto de trabajo y el miedo que estaba cansada de vivir, tomó el pomo de la puerta de ese local y con delicadeza, y no sin ponerse la capucha de su abrigo para cubrir sus facciones, entró en ese ambiente de drogas y consumición.
Sin posar los ojos sobre nada ni nadie tras bien localizada la barra, allí se dirigió. Sus palabras fueron breves, no buscaba compañía, solo la cura de todos esos sentimientos que le atormentaban desde, no solo ese día, sino mucho tiempo remontado atrás— Una copa, por favor. De Vodka. —pidió con tono neutral. No se atrevía a mirar más allá de lo que los bordes de su capucha le permitían, quería mantenerse ajena de todo ese lugar, quizás por miedo o quizás por el recuerdo, realmente no lo sabía, pero tampoco quería averiguarlo.
Athanasia C. Thalassinos
- Mensajes :5Edad :✵ 23 añosGenes :✵ DivinaSexualidad :✵ HeterosexualPareja :✵ ParejaPb utilizado :✵ NimaProcedencia del PB :✵ RossdrawsImagen Interior Mensajes (100x100) :
Re: streets are full of vices · libre
Hoy, decidido a olvidarse de todos esos problemas e intentar recuperar algo de su pacifica vida como un simple gato callejero, se decidió a ir a un bar que ni era de mala muerte, ni el quinto cielo del paraíso. Un simple establecimiento donde encontraría bebida para beber y un piso para caer algo borracho si se daba la oportunidad, pero pocas veces ha pasado en lo que va de su vida. Le agrada mantener la cabeza estable para evitar que otros se la arranquen, pues le traería muchos problemas ser decapitado cuando aun tiene asuntos pendientes con las Megacorps.
Y así, luego de casi perderse en la laberíntica zona, llegó al local en cuestión, pasando de inmediato al abrir la puerta usando su brazo bueno, cruzando la taberna al pasar de ciertos ojos despectivos a su persona. A cada mirada asesina el joven solo respondía con una sonrisa, encantado al notar tantas caras conocidas entre su lista de gente que lo odia, y otras nuevas que ya se enteraría de sus personas. De haberse quedado como un simple luchador de las calles quizás su vida seguiría siendo pacifica, pero algo monótona en comparación. No se quejaría y dejaría que el alcohol ahogara sus problemas.
—Hey, Hiro, ¿Qué tal va tu ojo?—dijo al Barman a modo de saludo, sentándose justo en la barra al lado de una mujer encapuchada. El hombre al verlo solo dejo a entrever un ojo mecánico, prácticamente de vidrio y con una luz roja intimidante—. Si, te queda de maravilla. Eso te pasa por meterte en peleas de borrachos, hombre. Si yo hubiera estado ahí, simplemente quitaba una escopeta y volaba al par para afuera—su tono, como casi toda su vida, era tan amigable y alegre como la de un infante. No pareciera ser quien es— ¿Me das cerveza negra? Hoy quizás llegue tambaleando a casa y me hará bien.
El hombre no tardo en llevar su mejor botella, no pedida por Johan para su desgracia pues ahora que la abrió debería pagarla, y le sirvió lentamente en un vaso de medio tamaño, redondo como un trompo hueco y cristalino. Con su brazo biónico, lleno de tuercas y partes algo desactualizadas, se lo llevo a la boca y de un trago acabo la mitad, preparándose para la segunda tanda. Antes de esto se fijo en la mujer que, a su ver, tímidamente bebía como si se encantara en una cueva llena de lobos hambrientos por comerla.
—Puedes taparte todo lo que quieras de los bravucones, pero el cristal de la vitrina solo demuestra que eres una pobre oveja en un campo lleno de lobos feroces, compañera—dijo, casi susurrando para que solo ella lo escuche. La vitrina de los mostradores de licores reflejaba a la perfección el rostro tapado en principio por su capucha, reflejando facciones femeninas—¿Algo perdida? No aparentas ser uno de los borrachos bastardos del fondo y tampoco un gato callejero como este servidor. ¿Qué haces en un lugar que da pena ajena bebiendo alcohol no tan bueno?—un ligero gruñido se escucho del barman, quien no le agrado el comentario del chico extrovertido. Johan solo le sonrió en señal de perdón, siguiendo prestando atención a la otra por su mera curiosidad.
Y así, luego de casi perderse en la laberíntica zona, llegó al local en cuestión, pasando de inmediato al abrir la puerta usando su brazo bueno, cruzando la taberna al pasar de ciertos ojos despectivos a su persona. A cada mirada asesina el joven solo respondía con una sonrisa, encantado al notar tantas caras conocidas entre su lista de gente que lo odia, y otras nuevas que ya se enteraría de sus personas. De haberse quedado como un simple luchador de las calles quizás su vida seguiría siendo pacifica, pero algo monótona en comparación. No se quejaría y dejaría que el alcohol ahogara sus problemas.
—Hey, Hiro, ¿Qué tal va tu ojo?—dijo al Barman a modo de saludo, sentándose justo en la barra al lado de una mujer encapuchada. El hombre al verlo solo dejo a entrever un ojo mecánico, prácticamente de vidrio y con una luz roja intimidante—. Si, te queda de maravilla. Eso te pasa por meterte en peleas de borrachos, hombre. Si yo hubiera estado ahí, simplemente quitaba una escopeta y volaba al par para afuera—su tono, como casi toda su vida, era tan amigable y alegre como la de un infante. No pareciera ser quien es— ¿Me das cerveza negra? Hoy quizás llegue tambaleando a casa y me hará bien.
El hombre no tardo en llevar su mejor botella, no pedida por Johan para su desgracia pues ahora que la abrió debería pagarla, y le sirvió lentamente en un vaso de medio tamaño, redondo como un trompo hueco y cristalino. Con su brazo biónico, lleno de tuercas y partes algo desactualizadas, se lo llevo a la boca y de un trago acabo la mitad, preparándose para la segunda tanda. Antes de esto se fijo en la mujer que, a su ver, tímidamente bebía como si se encantara en una cueva llena de lobos hambrientos por comerla.
—Puedes taparte todo lo que quieras de los bravucones, pero el cristal de la vitrina solo demuestra que eres una pobre oveja en un campo lleno de lobos feroces, compañera—dijo, casi susurrando para que solo ella lo escuche. La vitrina de los mostradores de licores reflejaba a la perfección el rostro tapado en principio por su capucha, reflejando facciones femeninas—¿Algo perdida? No aparentas ser uno de los borrachos bastardos del fondo y tampoco un gato callejero como este servidor. ¿Qué haces en un lugar que da pena ajena bebiendo alcohol no tan bueno?—un ligero gruñido se escucho del barman, quien no le agrado el comentario del chico extrovertido. Johan solo le sonrió en señal de perdón, siguiendo prestando atención a la otra por su mera curiosidad.
Johan Christie
- Mensajes :96Edad :24Genes :KineticaSexualidad :HeterosexualPareja :¿Comida?Pb utilizado :Train HeartnetProcedencia del PB :Black CatImagen Interior Mensajes (100x100) :
Temas similares
» ─not─ nice to meet you ─ Libre
» Let the show begin —Libre—
» The Cyber Cemetery (Libre)
» No sex, No love -Libre (1 persona)-
» Juegos y drogas [tema libre]
» Let the show begin —Libre—
» The Cyber Cemetery (Libre)
» No sex, No love -Libre (1 persona)-
» Juegos y drogas [tema libre]
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Jue Ene 30, 2020 9:35 pm por Mako
» — Dangerous Euphoria [+18] {Priv. Kotaro Hoshijiro}
Sáb Ene 25, 2020 12:16 am por Kotaro Hoshijiro
» El Cuervo // Afiliación de élite
Miér Nov 13, 2019 6:18 pm por Invitado
» BLOOD MEMORIES +18 [Cambio de botón]
Lun Sep 23, 2019 7:13 pm por Invitado
» Entre copas y licores.- Privado.-
Lun Sep 09, 2019 12:16 am por Blitz Lohengrin
» Planes - Privado +18
Dom Sep 08, 2019 11:10 pm por Erik & Namor Warfield
» Boku no hero Academia Ultimate //Cambio de Botón
Miér Sep 04, 2019 3:21 am por Invitado
» Deus Relinquit [Elite]
Jue Ago 29, 2019 8:39 pm por Invitado
» Juegos y drogas [tema libre]
Dom Ago 25, 2019 9:22 pm por Mako
» Fire Emblem Factions - Afiliación normal
Vie Ago 23, 2019 5:16 pm por Invitado
» Affection RPG —afiliación elite.
Miér Jul 31, 2019 6:01 pm por Invitado
» BLOOD MEMORIES [Élite]
Vie Jun 28, 2019 8:08 pm por Invitado
» Starcrossed Winners | Priv. Morgan
Mar Jun 25, 2019 12:20 pm por Ashley Luschek
» Lahnrix [Élite].
Lun Jun 24, 2019 3:00 pm por Invitado
» [ another way out | priv. hellen ]
Dom Jun 23, 2019 4:11 am por Ayumu & Nemuri