El choque de dos razas -Privado-

La tierra en si era interesante. La variedad de humanos en ella y los distintos comercios hacían la vida en la superficie interesante para Habondia pues había mucho material de estudio y de verdad le gustaba ciertas culturas humanas y maneras de vivir. Sin embargo su hermana Lamia no opinaba lo mismo, considerando la tierra tan peligrosa como un hervidero de hormigas rojas hambrientas cuando un gramo de azúcar caía cerca de su nido. No le gustaba la idea de bajar allí y estaba en contra con que Habondia lo hiciera sola, pero luego de varias horas de charlas ella acepto a regañadientes.

Y no habían pasado siquiera una semana desde que se instalo en un pequeño departamento cuando una noticia en particular capto su atención. Tanto por comentarios en las redes sociales como por incluso la televisión pasaban sobre un incidente violento que involucraba dos "visitantes" y humanos. La particularidad especial que aquellos visitantes tenían una llamativa piel verde y bastante fuerza. Lo que pudo rescatar por Internet fueron algunas que otras fotos de teléfonos móviles mas no demasiados datos del porque del altercado. Así que tendría que investigar por si misma. ¿Porque lo hacia? ¿Porque meterse en asuntos ajenos?. Porque realmente ya no eran asuntos ajenos nada mas. Si aquellos humanos habían atacado a aquella pareja de aliens...¿Que hacia pensar que no lo harían de nuevo con ella misma y su hermana? ¿Que motivos había detrás de ello? ¿Deberían preocuparse ellas también por un futuro ataque?. Aquellas preguntas inundaron su cabeza mientras caminaba hacia aquel local de comidas. -Quizás mi hermana no este del todo equivocada como suele estarlo...y la tierra es un lugar peligroso- Susurro para si misma en sus adentros.

-Hola! Lo siento no te podemos atender, ya estamos por cerrar- Comento una de las empleadas mientras esta limpiaba el piso y acomodaba las sillas y mesas. -Descuida no quiero comida. Solo quiero hablar con ella- Comentó en una voz calmada y neutra al tiempo que levanto su dedo apuntando hacia Audhild que estaba a pocos metros de donde la morocha con cornamentas se encontraba. Sin duda alguna verla asi de frente llamaba la atención, aquel cuerpo parecía el de una superheroina mas Habondia tampoco se quedaba corta pues vestida como una gothic lolita; Falda tableada, top escotado, bolso de forma de Dark hello kitty y botas con tachas y pulseras metálicas. Todo del color mas negro y oscuro que exsistia en ropa. Ademas de que su piel en exceso de pigamentacion blanca le daba un aire aun mas misterioso. Algunos veían a Habondia con rareza, mucho mas que aquellos adolescentes con cortes de cabellos psicodelicos. Otros con una actitud mas burlona la veían como si fuese un demonio y se reían o se alejaban sintiéndose intimidados por su presencia. A Lamia le gustaba cuando aquello segundo pasaba pero a Habondia no demasiado. ¿Porque todos los humanos veían a los cuernos como un símbolo del mal? Aunque algunos otros lo veían como in símbolo de infidelidad y no de respeto...extraño, muy extraño.

Se quedo parada en el local con los brasos cruzados mientras que escucho un muy leve "Audhild te buscan" de la camarera que le había atendido. "Es alta como mi hermana pero parece mucho mas fuerte que nosotras dos" Fue lo único que logro pensar cuando finalmente la tuvo frente a frente siendo ella solo cinco centímetros mas grande que Habondia mas su masa muscular superaba la de ella con creces. -Hola...Soy Habondia, pero me puedes decir solo Hab ("Jab")- Se presento de manera informal. -Esperaba que me pudieses decir porque los atacaron- Fue directamente al grano como algunos de esos detectives de CSI de las novelas. Tanto Lamia como Habondia no le gustaban mucho dar vueltas al asunto a menos que fuera algo demasiado delicado.

Luego de haber conocido a aquel hombre que pertenecía a su misma raza el evento violento fue conocido por algunas personas, aquellos hombres que quedaron inconscientes en el suelo fueron hallados por los policías quienes les interrogaron y hablaron sobre ambos, mujer y hombre de alta estatura, masa muscular prominente y piel verdosa, por suerte no habían tantos testigos como para saber quiénes eran realmente los visitantes que habían resultado siendo “victimas” de aquellos hombres, aunque aquel acontecimiento llamó la atención de los habitantes de la ciudad hasta el punto en el que en algún momento tuvo espacio en las horas matutinas de la televisión pero el escándalo y los rumores resultaron ser un tanto escasos pues abordaban más que nada entre los habitantes que vivían o en algún momento transitaron cerca del lugar de los hechos. Aquellos hombres fueron investigados y el caso fue cerrado con un “fue una pelea entre bandas”pues los dos hombres pertenecían a una pandilla de los barrios bajos de la ciudad, algo sin importancia para algunos que estaban enterados de otras cosas mucho más oscuras.

Incluso cuando las autoridades habían dado por hecho que aquello había sido un encuentro infortunio de pandillas las personas a los alrededores seguían conspirando, sacando sus propias conclusiones y buscando una explicación mucho más razonable para ellos. Por suerte la joven Audhild no fue el todo salpicada con el problema pues esos dos tenían problemas más importantes que afrontar así que no hablaron de más sobre ella y su nuevo compañero, sus compañeras en el restaurant no estaban tan interesadas en aquel problema así que las cosas en el trabajo seguían siendo completamente normales, ella no necesitaba preocuparse pues nadie le trataba como una supuesta sospechosa ni mucho menos como la “victima” de aquel ataque que muchos decían había sido “racista” por parte del grupo de humanos.

Su día había estado completamente normal, preparar platillos, luego atender las mesas y al final del día limpiar para poder salir e ir a descansar, la rutina diaria en aquel lugar y al cual ya estaba acostumbrada a tal punto que las cosas se le daban automáticamente pero lo que perturbó lo cotidiano había sido la visita de una mujer extraña, con vestimenta negra y piel pálida, totalmente diferente a lo que podría llegar a lucir Audhild quien en ese momento se encontraba limpiando algunas mesas cuando una de sus compañeras se acerca y le avisa que aquella persona le buscaba a ella “Imposible” dijo en su mente pues no conocía de nada aquel rostro y mucho menos recordaba haberla visto en el restaurant como para pensar que había sido una clienta más. Se encogió de hombros y dejó el pañuelo húmedo con el cual estaba limpiando sobre una de las mesas para así acercarse; rápidamente fue abordada por una presentación seguida de una pregunta directa ¿Quién se suponía que era aquella chica y cómo había dado con su paradero? Estaba claro que su piel era inconfundible y que muy pocas personas podrían compartir dicho rasgo pero aquella chica parecía muy segura de que la guerrera estaba metida en aquel problema del cual ella no había hablado ni dado detalle en ningún momento.

— Uhm..¿Habondia? Creo que te confundiste, no quiero problemas — respondió rápidamente la chica de piel verdusca, aquello fue lo más sincero que pudo decir pues realmente no estaba interesada en que le preguntaran sobre aquello y mucho menos supieran que ella estaba involucrada en aquel evento que había ocurrido en un callejón a tan solo unos metros de donde ahora se encontraba, eso arruinaría la reputación que había formado con los cercanos al lugar y los clientes que normalmente lo visitaban quienes aseguraban que ella era una chica totalmente inofensiva y amigable, si, ella quería ser vista de esa manera pues si su imagen cambiaba a una que pudiera infundir miedo en los humanos las cosas podrían resultar más complicadas para ella aunque sabía que Tyr era todo lo contrario a lo que ella pudiera llegar a ser y que ese pensar no pasaba por su mente. —No estoy interesada a que me interroguen y mucho menos sobre algo tan descabellado como eso, necesito terminar con mi turno — añadió encogiéndose de hombros para no resultar tan hostil con su contestación la cual podría llegar a resultar una excusa para no seguir hablando de un tema el cual ella no había comenzado.

—Y no entiendo cómo supones que yo fui la chica de la que tanto hablan, pueden haber otras con el mismo tono de piel — retrocedió y rascó una de sus mejillas con su diestra para luego desviar la mirada —Si eso es todo, me necesitan — fue lo último que dijo antes de disponerse a alejarse, estaba segura de que nadie había tomado fotografías de ella escapando de la escena así que era imposible que aquella chica le reconociera tan rápidamente o que no dudara de que ella había estado involucrada, lo que más compartían eran fotos de aquellos hombres que habían tomado los transeúntes al momento en el que los policías les esposaron y los llevaron para ser interrogados de ella la información era escasa e incierta.